Desde las tierras sagradas de San Antonio de los Cobres, esta piedra de ónix cielo lleva en su azul sereno la memoria de los cielos andinos. Su energía suave favorece la perspectiva clara, la calma del corazón y el descanso de la mente.
El tejido en negro profundo crea un contraste elegante y contenido, como la noche que enmarca el firmamento. Los detalles en espiral y nudos sutiles acompañan el camino hacia adentro, hacia ese horizonte interno que se revela cuando todo se aquieta.
Cierre: punto corredizo y ajustable para adaptarse con facilidad.
Material: hilo encerado Linhasita, de alta calidad, resistente y duradero.
Cuidados: se puede lavar en agua dulce. Evitar el contacto con agua salada o exposición prolongada a la brisa marina.
Solo usamos piedras naturales.
Creación artesanal tejida con ternura y presencia, pieza única.