La Madera Petrificada es una piedra profundamente protectora que ayuda a anclar las energías elevadas en la Tierra. Se forma a partir de árboles que, al caer en el agua, absorbieron minerales como manganeso, hierro y cobre, transformándose en un brillante silicato que a veces contiene aragonita, considerada sanadora.

Activa la sabiduría ancestral y conecta con la memoria de vidas pasadas y los Registros Akáshicos. Lleva a sentir la unidad con la Tierra, y nos recuerda que todxs somos espíritu viviendo una experiencia material. Facilita la estabilidad del alma durante los momentos difíciles, y permite liberar lo viejo y abrirse a la transformación.

Favorece la comprensión de patrones y la toma de decisiones conscientes. Tiene fama de contrarrestar la discriminación por edad y de apoyar a quienes transitan la tercera edad, valorando su sabiduría.

Apoya el sistema inmune, articulaciones, músculos, huesos, pies, espalda y sistema nervioso. Estimula la movilidad, ayuda a contrarrestar la descalcificación y los problemas del sueño. Favorece la regeneración celular y ayuda en enfermedades progresivas o de origen genético. Mejora afecciones pulmonares y auditivas, y apoya en procesos de recuperación.