Esta pulsera honra la profundidad y la calma que habita en nuestro interior.
La piedra central, un ónix cielo de intenso azul traslúcido, invita a entrar en estados de serenidad y claridad mental. Su energía suave, vinculada al cielo alto y despejado del altiplano, promueve la introspección serena y aporta una nueva perspectiva ante lo que parecía inamovible.
Proveniente de San Antonio de los Cobres, en la provincia de Salta (Argentina), este ónix nos conecta con la vastedad y el silencio de la puna, abriendo el corazón a una calma esencial, como si el tiempo se expandiera desde adentro.
Una pieza que acompaña procesos de contemplación, enfoque y equilibrio emocional.
Cierre: punto corredizo y ajustable para adaptarse con facilidad.
Material: hilo encerado Linhasita, de alta calidad, resistente y duradero.
Cuidados: se puede lavar en agua dulce. Evitar el contacto con agua salada o exposición prolongada a la brisa marina.
Solo usamos piedras naturales.
Creación artesanal tejida con ternura y presencia, pieza única.