Esta pieza única ha sido tejida en micromacramé negro, envolviendo con profundidad una crisocola proveniente del Perú, piedra sagrada de paz y expresión. Su vibración suave y envolvente guía hacia un espacio interno de serenidad, ayudando a liberar viejas emociones, sanar vínculos y cultivar una comunicación auténtica desde el corazón.
La crisocola es un cristal que armoniza cuerpo, mente y espíritu. Expulsa energías densas del entorno y asiste en procesos de transformación emocional. En el plexo solar, ayuda a liberar culpas y patrones destructivos; en el chakra corazón, cura heridas y expande la capacidad de amar; en la garganta, da voz a lo necesario y enseña cuándo el silencio también es medicina.
Es una gran aliada en momentos de cambio, ya que imparte fortaleza interior, fomenta la autoconciencia y promueve el equilibrio emocional. Aporta calma mental, reduce la ansiedad y estimula una creatividad sensible y consciente. Como un bálsamo, alivia la tristeza, potencia la intuición y acompaña con ternura en la reconexión con uno mismo.
Amuleto para quienes buscan cultivar la verdad interna, sanar desde la palabra y habitar el presente con paz profunda.
Cierre: punto corredizo y ajustable para adaptarse con facilidad.
Material: hilo encerado Linhasita, de alta calidad, resistente y duradero.
Cuidados: se puede lavar en agua dulce. Evitar el contacto con agua salada o exposición prolongada a la brisa marina.
Solo usamos piedras naturales.
Creación artesanal tejida con ternura y presencia, pieza única.