Este talismán ha sido tejido en micromacramé de tono marrón suave, envolviendo con delicadeza un ónix cielo de vetas únicas, donde los matices celestes y marrones dibujan un paisaje sutil entre cielo y tierra. Como un códice mineral, esta gema guarda en su interior la memoria de lo vasto y lo profundo, recordándonos que todo lo elevado también nace desde la raíz.
El ónix cielo —también llamado oceanita— es un cristal de profunda calma y fortaleza interior. Actúa como sostén sereno en tiempos de transformación, y ayuda a disolver la ansiedad, los impulsos desbordados y los temores sin nombre. Su energía envolvente armoniza las emociones, despeja la mente y permite avanzar con mayor presencia y claridad.
Esta piedra facilita el contacto con el Yo Superior, y alinea la voluntad personal con el propósito del alma. Acompaña procesos de sanación ligados a memorias antiguas y promueve una comunicación honesta y consciente, nacida de la introspección y la comprensión.
Un amuleto para quienes buscan mirar hacia adentro con ternura, reconocer sus paisajes internos y sostener el vuelo desde la tierra.
Cierre: punto corredizo y ajustable para adaptarse con facilidad.
Material: hilo encerado Linhasita, de alta calidad, resistente y duradero.
Cuidados: se puede lavar en agua dulce. Evitar el contacto con agua salada o exposición prolongada a la brisa marina.
Solo usamos piedras naturales.
Creación artesanal tejida con ternura y presencia, pieza única.