Este anillo artesanal, tejido en micromacramé con tonos tierra profundos, sostiene un brillante ónix cielo que invita a elevar la mirada y abrir el corazón a una nueva perspectiva.

Como un cielo despejado tras la tormenta, esta piedra favorece la calma mental y la serenidad, recordándonos que a veces es necesario alejarnos un poco para ver con más nitidez… que el árbol no nos tape el bosque.

Un amuleto sutil y luminoso para quienes buscan serenidad, equilibrio y una visión más amplia del camino.